Era época de sequía, no había llovido en meses, ese ambiente seco me deprimía.
Seguía pensando en él, seguía lastimándome a mí misma. Lo veía y mi corazón aún se aceleraba.
Un día, me había cansado de sentirme así por él, y mientras veía las estrellas pensé: "Lo olvidaré hasta que llueva". Al otro día, hubo una tormenta.