martes, 15 de octubre de 2013

No te vayas

-Te amo... Lo sabes, ¿verdad?- le susurró al mismo tiempo en el que las lágrimas comenzaban a caer sobre sus mejillas.

Recargó su cabeza sobre su hombro y lo rodeó con sus brazos.

-No te vayas- dijo con voz temblorosa.

Él apenas logró escuchar sus palabras, pero la abrazó fuertemente.
Ella no quería soltarlo, él era la única persona con la que se sentía segura cuando la abrazaba, era como si encajara perfectamente entre sus brazos.
No podía dejar de llorar pero él ya tenía que irse.

-Lo siento, todo tu hombro está mojado- dijo con una sonrisa y secando sus lágrimas con la manga de su sudadera.

Él sonrió y dejó de abrazarla, se separó de ella unos cuantos centímetros y con sus dedos, colocó el mechón de cabello que tenía en la cara, detrás de su oreja.

-Tengo que irme... lo siento.

Le dio un beso en la mejilla, salió del cuarto y comenzó a bajar las escaleras.
Ella sólo lo veía bajar a través de la ventana. Sentía como si hubiesen estrujado su corazón con demasiada fuerza. Se dio la espalda, se recargó en la pared y empezó a deslizarse lentamente hasta sentarse en el piso.

Sus manos comenzaron a enfriarse y las lágrimas caían nuevamente, una a una. La única persona a la que se había atrevido a amar... se había ido.

viernes, 4 de octubre de 2013

Se acabó

Sintió que su corazón se detuvo por un momento, pero... ni una lágrima apareció en sus ojos. Sentía aún ese vacío que ha sentido por años, pero, no de la misma forma.

"¿Acaso estoy... feliz?" Se preguntó extrañada.

-¿Así se acabó todo? Sin decirnos adiós... o siquiera dirigirnos la palabra, ¿simplemente así?

Llevó su mirada al cielo.

-Pero... ¿Por qué no siento nada?- Dijo al mismo tiempo en el que se llevaba la mano al pecho.

Se sorprendió al notar que su corazón no latía de forma diferente. Respiro profundamente todo el aire que pudo y lo sacó hasta quedarse sin nada.
Una sensación extraña invadió todo su cuerpo.

-No entiendo...

Cerró sus ojos un momento. El ligero viento de aquella noche, tocaba delicadamente su cara y cabello.

Tal vez la parte que seguía insistiendo en quererlo, al fin se había resignado...


martes, 1 de octubre de 2013

Habías dicho que ya no importaba

Y ella, aún con lágrimas en los ojos, seguía caminando. Se arrepentía de ver lo que había visto.


"No llores..." se lo repetía una y otra vez.


Ella pasaba con rapidez entre la gente sin levantar la mirada, quería llegar lo más lejos posible.


Las lágrimas comenzaron a derramarse sobre sus mejillas y empezó a bajar de velocidad. 


"Se suponía que ya no te importaba..."