viernes, 13 de diciembre de 2013

Viernes 13

Me encontraba en la parada del autobús. Cada vez había menos rastros de la luz del sol y el aire helado recorría las calles, tirando las hojas restantes de los árboles alrededor.

El vapor comenzaba a salir de mí cada vez que respiraba, la temperatura había bajado aún más.

El autobús había llegado, subí a él, estaba casi vacío pero decidí sentarme en el penúltimo asiento. El viaje sería un poco largo, así que decidí cerrar mis ojos un momento y perderme con la música que salía de mis audífonos.

Viernes 13, como muchos lo conocen, día de mala suerte… aunque para mí, no era así, generalmente eran días comunes y corrientes, pero desde que lo conocí, me propuse que fuera un día especial.

Días antes, había descubierto que cada diciembre hay una lluvia prolífica de estrellas, según páginas de internet, ésta sería el 13 y empezarían a verse desde las 10:00 pm.

Abrí mis ojos y suspiré al darme cuenta de que aún faltaba un largo tramo para que llegara, tomé mi bolso y saqué una pequeña caja color café oscuro. Sonreí mientras acariciaba las esquinas de ésta con las yemas de mis dedos y la volví a meter con cuidado para que no se maltratara o aplastara.

Minutos después, ya había llegado a mi destino, pedí mi parada y bajé del autobús. Tenía cierto miedo de ir sola caminando por la calle en medio de la noche, pero el lugar se veía muy tranquilo y había mucha gente, incluyendo niños jugando o caminando con sus padres, a pesar del frío que hacía. 

Caminé unas cuantas cuadras y llegué a un lugar en el cual sólo había casas, saqué un papelito en donde tenía anotado la dirección de la suya y comencé a buscarla. No soy muy buena ubicándome en las calles, pero por alguna extraña razón, logré encontrarla más rápido de lo que pensaba. Me dirigí hacia la puerta, respiré profundo y toqué el timbre. Unos cuantos segundos después, una voz sonó a través del intercomunicador.

-¿Quién es?

Logré reconocer esa voz y los nervios invadieron mi cuerpo.

-Soy… E… Eli.
-¿Eli?... Espera un momento.

“No debí haber venido…" ese y un millón de pensamientos pasaban por mi mente.
Inhalé todo el aire que pude y lo saqué hasta quedarme sin nada. Pocos minutos después, él abrió la puerta.

-Hola- dije sonriendo.- tanto tiempo sin verte.
-Hola Eli… ¿Qué haces por aquí a estas horas?
-Quería… darte esto- tomé mi bolso, saqué la pequeña cajita y se la di.- feliz cumpleaños.

Él sonrió y la tomó.

-No creí que lo recordarías… ¡Gracias!
-Sabes que eso no pasaría.
-¿No tienes frío? ¿Quieres pasar?

Negué con la cabeza.

-No, gracias- dije con una sonrisa.- pero… ¿quieres salir un rato?
-Claro.

Sonreí, cerró la puerta y comenzamos a caminar.

-¿Cómo has estado, Eli?… tiene mucho que no hemos hablado.

Suspiré.

 -Siendo sincera… Te he extrañado mucho. Y trataba de no estar triste, pero no podía, sólo quería verte. Y sabía que esta era una buena oportunidad para hacerlo- dije mientras veía el cielo.
-No tenía idea…
-Mira arriba- lo interrumpí.

La lluvia de estrellas había comenzado.

-¡Wow!... no sabía que había una hoy.
-Siempre son el 13 de diciembre.
-¿En serio? No sabía- dijo riendo
-Casi nadie sabe, alguno que otro la verá por casualidad, otros ni siquiera mirarán el cielo y pasará desapercibida. Yo tampoco lo sabía hasta que lo vi en internet.

Los dos reímos.

-Me alegra verla contigo- dijo con una gran sonrisa.- gracias.

Tomó mi mano y siguió viendo el cielo. Yo sonreí y recargué mi cabeza en su hombro.

-Eli...

Levanté mi cabeza y lo vi.

-Te quiero.



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