El vapor comenzaba a salir de mí cada vez que respiraba, la
temperatura había bajado aún más.
El autobús había llegado, subí a él, estaba casi vacío pero
decidí sentarme en el penúltimo asiento. El viaje sería un
poco largo, así que decidí cerrar mis ojos un momento y perderme con la música
que salía de mis audífonos.
Viernes 13, como muchos lo
conocen, día de mala suerte… aunque para mí, no era así, generalmente eran días
comunes y corrientes, pero desde que lo conocí, me propuse que fuera un día especial.
Días antes, había descubierto
que cada diciembre hay una lluvia prolífica de estrellas, según páginas de internet, ésta sería el 13 y empezarían a verse desde las 10:00 pm.
Abrí mis ojos y suspiré al
darme cuenta de que aún faltaba un largo tramo para que llegara, tomé mi bolso y saqué una pequeña
caja color café oscuro. Sonreí mientras acariciaba las esquinas de ésta con las yemas de mis dedos y la volví a meter con cuidado para que no se maltratara
o aplastara.
Minutos después, ya había llegado a mi destino, pedí mi parada y bajé del autobús. Tenía cierto miedo de ir
sola caminando por la calle en medio de la noche, pero el lugar se veía muy
tranquilo y había mucha gente, incluyendo niños jugando o caminando con sus
padres, a pesar del frío que hacía.
Caminé unas cuantas cuadras
y llegué a un lugar en el cual sólo había casas, saqué un papelito en donde
tenía anotado la dirección de la suya y comencé a buscarla. No soy muy buena ubicándome en
las calles, pero por alguna extraña razón, logré encontrarla más rápido
de lo que pensaba. Me dirigí hacia la puerta,
respiré profundo y toqué el timbre. Unos cuantos segundos después, una voz sonó
a través del intercomunicador.
-¿Quién es?
Logré reconocer esa voz y
los nervios invadieron mi cuerpo.
-Soy… E… Eli.
-¿Eli?... Espera un momento.
“No debí haber venido…" ese y un millón de pensamientos pasaban por mi mente.
Inhalé todo el aire que pude
y lo saqué hasta quedarme sin nada. Pocos minutos después, él abrió la puerta.
-Hola- dije sonriendo.-
tanto tiempo sin verte.
-Hola Eli… ¿Qué haces por
aquí a estas horas?
-Quería… darte esto- tomé mi
bolso, saqué la pequeña cajita y se la di.- feliz cumpleaños.
Él sonrió y la tomó.
-No creí que lo recordarías…
¡Gracias!
-Sabes que eso no pasaría.
-¿No tienes frío? ¿Quieres
pasar?
Negué con la cabeza.
-No, gracias- dije con una sonrisa.- pero… ¿quieres salir un rato?
-Claro.
Sonreí, cerró la puerta y
comenzamos a caminar.
-¿Cómo has estado, Eli?…
tiene mucho que no hemos hablado.
Suspiré.
-Siendo sincera… Te he extrañado mucho. Y trataba de no estar triste, pero no podía, sólo quería verte. Y sabía que esta era una buena oportunidad para hacerlo- dije mientras veía el cielo.
Suspiré.
-Siendo sincera… Te he extrañado mucho. Y trataba de no estar triste, pero no podía, sólo quería verte. Y sabía que esta era una buena oportunidad para hacerlo- dije mientras veía el cielo.
-No tenía idea…
-Mira arriba- lo interrumpí.
La lluvia de estrellas había
comenzado.
-¡Wow!... no sabía que había
una hoy.
-Siempre son el
13 de diciembre.
-¿En serio? No sabía- dijo
riendo
-Casi nadie sabe, alguno que
otro la verá por casualidad, otros ni siquiera mirarán el cielo y pasará
desapercibida. Yo tampoco lo sabía hasta que lo vi en internet.
Los dos reímos.
-Me alegra verla contigo-
dijo con una gran sonrisa.- gracias.
Tomó mi mano y siguió viendo
el cielo. Yo sonreí y recargué mi cabeza en su hombro.
-Eli...
Levanté mi cabeza y lo vi.