martes, 15 de octubre de 2013

No te vayas

-Te amo... Lo sabes, ¿verdad?- le susurró al mismo tiempo en el que las lágrimas comenzaban a caer sobre sus mejillas.

Recargó su cabeza sobre su hombro y lo rodeó con sus brazos.

-No te vayas- dijo con voz temblorosa.

Él apenas logró escuchar sus palabras, pero la abrazó fuertemente.
Ella no quería soltarlo, él era la única persona con la que se sentía segura cuando la abrazaba, era como si encajara perfectamente entre sus brazos.
No podía dejar de llorar pero él ya tenía que irse.

-Lo siento, todo tu hombro está mojado- dijo con una sonrisa y secando sus lágrimas con la manga de su sudadera.

Él sonrió y dejó de abrazarla, se separó de ella unos cuantos centímetros y con sus dedos, colocó el mechón de cabello que tenía en la cara, detrás de su oreja.

-Tengo que irme... lo siento.

Le dio un beso en la mejilla, salió del cuarto y comenzó a bajar las escaleras.
Ella sólo lo veía bajar a través de la ventana. Sentía como si hubiesen estrujado su corazón con demasiada fuerza. Se dio la espalda, se recargó en la pared y empezó a deslizarse lentamente hasta sentarse en el piso.

Sus manos comenzaron a enfriarse y las lágrimas caían nuevamente, una a una. La única persona a la que se había atrevido a amar... se había ido.